A mi Córdoba querida tengo que escribirle un poema,
Pero mi pluma no puede porque mis ojos los tapa esa lágrima traidora,
cuantas beses de la mano paso a paso me decías todas las cosas bonitas que tiene tu Córdoba bella,
Te llevo dentro de mí como ese Cordobés mi padre te llevó siempre,
Yo, yo se que donde tu estés, me estás diciendo,
-- Niña que tu jamás podrás escribir la belleza de mi Córdoba,
¡¡No ves que te faltaría día para poderla escribir!!
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